La anatomía muscular del cuerpo está organizada en cadenas musculares o grupos musculares. Cada cadena se conoce como una vía anatómica (TW Myers). A través de la activación de una vía anatómica, la acción de los dedos en adho mukha svanasana, por ejemplo, puede dirigir las acciones de una cadena muscular por toda la longitud del brazo, a través del hombro, hacia la parte superior de la espalda para impactar la escápula en la caja torácica, llevándola hacia delante y elevándola.
La activación de las vías anatómicas ayuda a involucrar el máximo número de partes del cuerpo en la realización de cualquier yogasana, y también permite una acción a distancia, con la acción de los pulgares dictando el movimiento de la escápula, o la acción de los dedos gordos de los pies instigando movimiento en la pelvis y la cadera.
Además de las vías anatómica, también hay pares musculares agonista/antagonistas y sinergias musculares que pueden ser activadas en proporciones relativas para adoptar una postura particular. Esto no significa que debemos interpretar que debemos contraer cada músculo, la correcta ejecución del asana requiere que unos músculos concretos se contraigan mientras que otros se relajan o se activan en el modo de estiramiento. Sólo la práctica (y tu profesor) te ayudará a decidir qué músculos se deben contraer, cuales relajar, y cuales estirar.
En un nivel más refinado, cada célula del cuerpo está enlazada directamente a sus vecinas por tejido fascial, e indirectamente a cualquier otra célula del cuerpo entero de la cabeza a los pies por la continuidad de la red fascial. ¡Estas conexiones electromecánicas entre células distantes en el cuerpo se extienden de cada célula hasta el nivel del núcleo celular!
Myers, T. W. (2013). Anatomy Trains E-Book: Myofascial Meridians for Manual and Movement Therapists. Elsevier Health Sciences.